Hemos oído hablar mucho de los residuos que dejan las expediciones al Everest desde el campo base hasta la cima. Esto es la parte más visible y que siempre ha tenido más eco mediático, pero es una parte muy pequeña del problema de los residuos en los valles del Khumbu.
Hablar de residuos en el Khumbu es hablar de todos los residuos sólidos que generan los habitantes y toda la gente que visita esta zona cada año. Y también es hablar de los residuos humanos, que se convierten en una fuente de contaminación que va directamente a glaciares y ríos.
En el año 2011a los valles del Khumbu vivían 7.161 personas y actualmente se estima que viven unas 8.000.
Por otra parte, cada año suben por Khumbu entre 65 y 70.000 personas, entre expediciones, trekkings y otras formas de turismo. Estas cifras ya dan una idea del alcance de los residuos que se generan en estos valles, con el agravante de que estas personas se concentran prácticamente todas en 6 meses, primavera y otoño, que son las temporadas de buen tiempo.
Para explicar cómo se afronta este problema medioambiental quiero hablar de dos iniciativas: el Sagarmatha Pollution Control Committee que data ya de 1991 y, una más reciente, el Sagarmatha Next que nació hace un par de años.
El Sagarmatha Pollution Control Committee (SPCC)
A finales de los años 80 del siglo pasado empezó la preocupación por el problema de los residuos en estos valles, y fue a partir de esta preocupación que gente local creó una ONG local con el objetivo de gestionar los residuos y mantener limpio el Khumbu, el SPCC (www.spcc.org.np).
De todo el trabajo que han hecho en estos 28 años, quiero destacar los contenedores situados en los principales caminos, los grupos locales de gestión y la creación de vertederos de basura en cada pueblo. Puede parecer poco, pero pensemos de dónde estamos hablando y en qué condiciones deben trabajar.
Actualmente está prácticamente terminada la construcción de contenedores a abse de piedra en los principales caminos por donde pasan los trekkings más populares. La mayor parte de estos contenedores, que han ido sustituyendo los metálicos, más antiguos, se sitúan en las pequeñas zonas de descanso que hay en los principales caminos y permiten separar los residuos en vidrio y latas, y plástico y papel. Esta última semana, subiendo y bajando por un valle, he tenido ocasión de conocer uno de los equipos que los construyen y ver cómo, al bajar ya habían terminado el que, al subir, estaba a medias. ¡En 3 días construyen uno!
Contenedor recién construido El mismo contenedor, 3 días antes
Para la gestión y recogida de basuras, durante estos años han creado 23 grupos de gestión con un papel muy importante de los Grupos de Mujeres y Clubs de la Juventud, muy activas y activos en los pueblos de estos valles. La recogida se hace, como no podría ser de otra manera, andando, recogiendo la basura puerta a puerta y llevándola a los vertederos.
De vertederos, también he podido ver que hay en todos los pueblos e incluso en los pequeños asentamientos donde vive alguien todo el año. En uno de estos lugares, Lungden, donde sólo viven tres familias todo el año y situado a 4.350 m de altura, también tienen su vertedero.
Vertedero de Thame (3.800 m) Vertedero de Lungden (4.400 m)
El Sagarmatha Next
Sagarmatha Next (www.sagarmathanext.com) es un proyecto medioambiental muy innovador que quiere ser el motor de la sostenibilidad del turismo en el parque nacional de Sagarmatha y que junta en un solo proyecto Educación, Arte y Entretenimiento relacionados con el medio ambiente y los residuos, así como la gestión de los propios residuos. Este proyecto está totalmente financiado por un inversor social y se desarrolla en colaboración con el SPCC y otras organizaciones comprometidas con la sostenibilidad del turismo en estos valles. Es una apuesta atrevida, que no todo el mundo acaba de entender aquí, pero que, al final, creo que se ganará el reconocimiento de la gente local.
Exterior del futuro centro de visitantes Interior del centro de visitantes
El proyecto comprende la construcción de 4 edificios, con un total de unos 700 m2, a 300 metros más arriba de Namche. Son edificios con un diseño muy especial y construidos siguiendo la forma tradicional de construcción de aquí, a base sobre todo de piedra y madera, pero incorporando, entre otras, técnicas especiales para hacerlos resistentes a los terremotos, muy frecuentes aquí.
Como es de suponer, las condiciones con las que se trabaja en este lugar, meteorológicas, de altura o de suministro de materiales, hacen que esta obra sea única.
El edificio principal será un centro de interpretación muy bien equipado.
El segundo edificio será una sala de exposiciones para artistas residentes o invitados y una cafetería.
Un tercero será el taller por los artistas residentes y las creaciones deberán ser a partir de residuos.
El cuarto edificio será una pequeña tienda donde venderán las obras de los artistas.
El espacio para taller de artistas El espacio destinado a tienda
Tienen previsto abrir al público el próximo mes de octubre, en que también se aprovechará para hacer una prueba piloto de gestión de residuos, que me pareció genial. Es lo que ellos llaman el proyecto «Carry Me Back».
Aquí harán una selección de la basura y lo que sea metálico o de plástico se compactará en pequeños paquetes de un kilo y se pedirá a todos los que realicen un trekking, vengan de visita o regresen de una expedición, que se lleven uno de estos paquetes hasta Katmandú.
¿Y eso que puede representar? Pues que, si la respuesta de la gente es positiva como es de esperar, con la cantidad de personas que visitan estos valles, cada año se podrán transportar más de 50 toneladas de residuos hasta Kathmandu, sin coste.
Más adelante ya contaré cómo queda el conjunto de edificios una vez terminados, cómo funciona la prueba piloto y como se desarrolla la actividad artística en un lugar tan especial.