Si un día andáis por el camino de Namche hacia Gokyo o el campo base del Everest, encontraréis un hombre sentado en una silla junto a una caja para donativos y unas pizarras donde explica en varios idiomas, qué hace y para que pide dinero.
Se trata de Pasang Sherpa, más conocido popularmente como Lama Seru. Ahora tiene 81 años y aún se dedica con pasión a la mejora de los caminos que, desde Namche hacia arriba, llegan al pie del Sagarmatha (Everest). Esto lo ha realizado de manera voluntaria durante los últimos 35 años y aún continúa haciéndolo, a pesar de su edad y que ya que no puede ver ni oír bien.
Se ha ganado una buena reputación por su dedicación a mejorar los caminos del Khumbu. Lo ha hecho con su propio trabajo y con las donaciones de los visitantes. Comenzó reparando y mejorando un camino de unos 14 kilómetros de longitud desde Dingboche a Phungi Thenka, pasando por el monasterio de Tengboche, y una pista de 5 kilómetros desde Pheriche hasta el campo base del Everest.
Justo hace unos días ha terminado la construcción (o reparación) del camino desde Phungui Thenka hasta Namche, que tiene unos 6 kilómetros. Durante estos años también ha construido 16 zonas de descanso en estos caminos e incluso un chorten (stupa, en nepalí).
Lama Seru en 2014 Lama Seru en 2019
Yo lo vi por primera vez en 2002 mucho más arriba que ahora, pero no me di cuenta realmente de lo que estaba haciendo. 12 años más tarde, en 2014, ya lo encontramos al comienzo del tramo de camino más llano que hay antes de llegar a Namche, con las mismas pizarras que ahora. Y estos últimos días ya se instalaba muy cerca Namche. Como era su deseo, antes de la llegada del invierno ha, terminado por fin la reconstrucción de este largo camino.
La historia de este hombre comienza cuando tenía 18 años y por primera vez acompañó un trekking hacia la región del Everest. Entonces ya se dio cuenta del mal estado de los caminos y de cómo eran de peligrosos tanto para los turistas como para la gente del país. Unos años más tarde dejó los trekkings por dedicar su vida a mejorar los caminos que van hacia el Everest. Al principio vivía en una tienda hasta que más adelante se casó con Lakpa Yangji, de Khumjung, y desde entonces viven en una casa alquilada a la salida de este pueblo.
Trabajando en el último tramo antes de Namche Tramo del camino, terminado
Al principio era él quien hacía los trabajos, pero más adelante, debido a su edad, empezó a contratar trabajadores. Aunque ya es mayor, dice sentirse con fuerzas para continuar con esta tarea, como él mismo dice, hasta el final de sus días.
Hace dos años fue distinguido con el premio Nagarik Nayak (Nagarik Héroes) 2017, que otorga anualmente el diario nepalí My República, por sus tres décadas de esfuerzos en mejorar los caminos del Khumbu, que han permitido salvar vidas de personas y ganado que circulan por estos caminos.
Su principal preocupación, sin embargo, es saber si la administración se encargará del mantenimiento de estos caminos, una vez él ya no esté. Cuando estaba acabando este post, he sabido que, justo al terminar este último tramo de camino, se puso gravemente enfermo y lo trasladaron en helicóptero al pueblo de Salleri, situado en la zona baja de esta región, donde él nació y todavía tiene casa. Es ahí donde actualmente se está recuperando y aquí todos esperamos poder volver a verlo sentado en el borde de algún camino, continuando este trabajo que tanto le apasiona.