Hoy os quiero explicar un hecho curioso y sorprendente que sucede cada año en el pueblo de Dingboche.
Dingboche es un pueblo situado en un pequeño altiplano, protegido de los vientos y muy soleado. Está a 4.350 m. de altura, tan sólo a 2 días caminando, del campo base del Everest y cuando se realiza un trekking, es ideal para hacer una estancia de 2 noches para completar una buena aclimatación antes de subir hasta los 5.300 metros del campo base del Everest o los 5.600 de la «pequeña» cima del Kala Patthar.
Es un pueblo formado por lodges, hoteles, cafeterías y algunas casas dedicadas a la agricultura y la ganadería. Está rodeado de muchos pequeños campos, todos vallados con paredes de piedra, dedicados al cultivo de patatas, trigo sarraceno y hierba para alimentar a los animales.
Como podéis imaginar, hoy en día es un pueblo dedicado sobre todo al turismo, pero a pesar de ello, de mediados de julio hasta primeros de septiembre es un pueblo «cerrado», donde no se puede realizar ninguna actividad. Todos los edificios casas deben estar cerrados y tampoco se pueden hacer trabajos de construcción, agricultura o ganadería.
A primeros de septiembre lo cruzamos y os puedo asegurar que daba una sensación extraña. Un pueblo con la mayoría de los edificios en buen estado pero todos cerrados literalmente bajo llave, y sin ni una alma por la calle.
Campos y casas vacías Calles desiertas
En los campos de alrededor tampoco había nadie trabajando. Las obras estaban paradas y vimos un lodge en construcción que ya hace dos años que lo empezaron. Al no poder trabajar durante este mes y medio del verano, que es cuando mejor se trabaja aquí, en este pueblo las obras se alargan mucho más.
Una norma centenaria
Como yo, seguramente os preguntaréis el porqué de este hecho. Pues bien, hace mucho más de 100 años, cuando no había turismo, y en esta zona se cultivaba cebada negra, los habitantes del pueblo, muy influidos por los monjes de un monasterio cercano, adoptaron una norma para proteger este cultivo.
La cebada negra es originaria de Etiopía y desde hace siglos se cultivaba en las tierras altas de Nepal. Era, y es, muy apreciada por su valor nutritivo ya que no necesita ningún tipo de procesamiento. Puede ir directamente del campo a la mesa. Pero, resulta que es un cultivo muy sensible a cualquier tipo de contaminación, ya sea por el humo, por los residuos o por cualquier otra actividad humana o animal. Este el origen de esta norma centenaria.
Actualmente, sin embargo, esta norma ha perdido todo el sentido que tenía ya que, según me contaron unos vecinos de Chhukung, un pueblo de más arriba, hace dos años sólo tres vecinos plantaron cebada negra y este año ¡ninguno!
A pesar de ello la norma se sigue aplicando, aunque, según estos mismos vecinos, cada vez hay más gente en contra y algunos ya piensan que debería anular. Cuando esto ocurra, si es que ocurre, tendremos otro ejemplo de cómo el turismo de montaña va transformando estos valles.
Para vigilar el cumplimiento de la norma cada año se designa un comité de 3 personas, dos de Pangboche (que es de donde son la mayoría de la gente que tienen lodges o tierras en este pueblo) y una del mismo pueblo. El incumplimiento de la norma conlleva una sanción.
Sin embargo, al volver a pasar por Dingboche, ya de bajada, pasamos por un camino más elevado y vimos dos o tres personas trabajando a escondidas detrás de un edificio.
Vacaciones forzadas
¿Y la gente qué? Pues durante este tiempo que el pueblo queda cerrado, una parte de la gente se va a vivir en una aldea con varios edificios muy precarios, situado un poco más arriba.
También encontramos 4 o 5 tiendas en unos prados encima del pueblo, con gente que vive todo este tiempo sin hacer nada esperando que puedan volver a entrar en el pueblo.
Esoerando poder regresar al pueblo Esperando poder abrir de nuevo
Y la mayoría se va a Pangboche, Khunde o Katmandú, y los que pueden aprovechan para hacer algún viaje.
Otras normas de protección o regulación de los cultivos
Esta no es la única norma de protección de cultivos. A los pueblos de Thame, Khunde, Khumjung y Phortse, la tradición del pueblo Sherpa de proteger los cultivos, ya que la agricultura aquí tiene muchas limitaciones, se hace mediante otra norma (Dee) plenamente justificada y nada drástica.
Durante los meses de verano, en estos pueblos no puede haber ganado ni dentro ni en los alrededores del pueblo, para que no puedan entrar en los campos y dañar los cultivos. El ganado se lleva hacia las tierras altas de los valles donde hay muchos prados para pastar. Cada pueblo tiene su comité de vigilancia por el cumplimiento de la norma, similar al de Dingboche, y unas sanciones para quien la infringe.
En el valle que sube en dirección al campo base del Everest, tienen regulado incluso cuando pueden empezar a cortar y secar la hierba de los campos, que servirá de alimento para el ganado durante el invierno. Empiezan los de más abajo, y semana a semana van avanzando valle arriba.
Es cuando a Dingboche le llega el turno de cortar la hierba (este año fue el 11 de septiembre) que el pueblo se vuelve a abrir y llenar de actividad y de vida.
¡Y hasta el próximo verano!