Los Grupos de Mujeres y los Clubes de Jóvenes, las dos piezas clave de la sociedad Sherpa

Visitando todos los pueblos de estos valles, en casi todos he encontrado un Grupo de Mujeres (Women ‘s Group) y un Club de la Juventud (Youth Club). Desde un principio me di cuenta de que estas dos organizaciones son las únicas de la sociedad Sherpa, en cada pueblo. Es por eso que me parece importante dedicarle un post.

LA MUJER EN LA SOCIEDAD SHERPA

En la sociedad Sherpa, las mujeres han tenido desde siempre un trato de igualdad con los hombres y han tenido un rol preponderante en la vida familiar. La mayoría de las decisiones en el ámbito familiar las han tomado y las siguen tomando las mujeres. Las herencias, propiedades, dinero y ganado se reparten por igual entre hijos e hijas.

Quizá actualmente ya es anecdótico, pero históricamente ha habido un hecho singular de la sociedad Sherpa que me parece interesante explicar. Es la poliandria, el hecho de que una mujer tenga más de un marido, que ha sido hasta hace pocos años una práctica muy extendida y con prestigio. En cambio, la poligamia, un hombre casado con más de una mujer, a pesar de estar aceptada, era una práctica muy poco frecuente. Ambas prácticas actualmente son inexistentes.

Por lo que he ido viendo durante este tiempo, la situación de igualdad entre hombres y mujeres, aunque en teoría es así, en la práctica hay aspectos que el impacto del turismo o la evolución de las formas de entretenimiento o comunicación, han representado un paso atrás en algunos aspectos, al menos desde el punto de vista de la cultura occidental.

Las nuevas tareas que se crearon con el turismo, porteadores y guías principalmente, pero también conductores de caravanas de ganado de transporte, son la causa de que muchos hombres pasen largas temporadas lejos de casa trabajando para trekkings y expediciones.       

Eso, paulatinamente supuso que los trabajos agrícolas y ganaderos recayeran en las mujeres, que las añadieron a las que tradicionalmente ya realizaban, de cuidar de la casa y la familia. Así, hoy en día son las mujeres las que ves cosechando las patatas, segando hierba, ordeñando las nak (hembra del yak) o conduciendo los rebaños. La imagen más descriptiva de esta situación la tenemos con la foto de una mujer trabajando en el huerto, con la cuna a la espalda.              

A todo esto hay que añadir que, como muchas familias han abierto lodges, cuando el hombre está fuera, la gestión de los lodges también la asumen las mujeres.

Hay un hecho que ha suavizado un poco esta situación en los últimos 10 años. La llegada del teléfono móvil en estas zonas de montaña. Gracias a ello, ahora no es necesario que los hombres se pasen semanas o meses en Katmandú, como antes, para concretar un trabajo, sino que lo pueden hacer desde su casa o incluso durante los trekkings.

El ocio es otra faceta de la vida de las mujeres Sherpa que, con la incorporación de nuevas formas de entretenimiento y relaciones sociales que antes no existían (bares, sencillas discotecas, clubes de billar), han hecho aflorar la desigualdad. Las chicas hacen menos actividades en el exterior que los chicos y, por ejemplo, una vez comprometidas o casadas, ya no salen las noches porque está mal visto.

LOS GRUPOS DE MUJERES

Ante esta situación, los Grupos de Mujeres, en cada pueblo, han asumido un papel fundamental en el empoderamiento de la mujer, en la defensa del medio ambiente y también en la preservación de la cultura Sherpa. Estos grupos pueden llegar a tener, en los pueblos más grandes, entre 50 y 60 socias, de edades que van de los 25 a los 60 años.

Con su acción, en los últimos 10 años, han impulsado un avance muy importante en el empoderamiento de las mujeres. Las socias se comprometen a pasar tiempo con el Grupo de Mujeres y dejar las tareas del hogar por un rato. Aprenden a ser independientes de los maridos. Empiezan a querer quedarse en los pueblos porque, con la formación y la ayuda del grupo, tienen más oportunidades de abrirse camino profesionalmente.

La clave para el empoderamiento ha sido, sin duda, la incorporación de la formación a sus actividades. Ofrecen formación sobre liderazgo, gestión administrativa, concienciación y prevención de la salud de las mujeres (cáncer de mama, útero, etc.), inglés, danzas y canciones Sherpa.          

Además de las acciones de formación, en muchos pueblos gestionan la recogida de la basura, generalmente puerta a puerta, en colaboración con el SPCC (Sagarmatha Pollution Control Committee), mediante personal contratado y retribuido. Varias veces al año organizan una limpieza general del pueblo y sus alrededores, habitualmente de manera conjunta con los Clubs de la Juventud. También realizan tareas de apoyo a familias pobres o con problemas.

En cada pueblo desarrollan proyectos muy diversos para la comunidad, que pueden ir desde hacer de voluntarias para la organización de la llegada de la Maratón del Everest, a Namche, pasando por la construcción del helipuerto del hospital o del camino para ir al Hillary Memorial, en Khunde, hasta fabricar sartenes y otros utensilios de cocina con las latas de bebidas, en Monjo.

LOS CLUBS DE LA JUVENTUD

La vida de la juventud ha sufrido una transformación muy grande en las últimas décadas, gracias a la formación, pero también como consecuencia del impacto del turismo. Las transformaciones han sido en general positivas (formación, oportunidades de empleo, mejora del nivel económico) pero también las hay de negativas (aparición de drogas o consumo de alcohol). La concienciación de los propios jóvenes sobre estas transformaciones, hicieron surgir en muchos pueblos, durante los años 1990, los Clubs de la Juventud.

Son grupos que pueden llegar a tener 80 o 90 miembros en los pueblos más grandes, con más chicos que chicas (otra señal de la desigualdad) de entre 25 y 45 años. Entre sus actividades destaca la formación, sobre todo en materias que les sean útiles para crear o gestionar negocios y trabajos más allá de trabajar como guías de montaña.

Realizan trabajos comunitarios tales como ayuda a gente necesitada; traslado de enfermos, andando, a los centros de atención médica y hospitales; campañas de concienciación sobre el consumo de drogas y alcohol; o, en según que pueblos, la recogida de basuras.

Organizan actividades y competiciones deportivas y trabajan por la defensa de la cultura Sherpa a través del teatro, las canciones, los bailes o el idioma.

A diferencia de lo que ocurría hace 15 o 20 años, a la pregunta de si los jóvenes hacen la opción de vivir aquí o prefieren ir a Kathmandu o en al extranjero, la respuesta es: quedarse aquí. Sobre todo, los chicos. Las chicas ven más oportunidades profesionales y personales en Katmandú o en el extranjero.

En alguno de los encuentros con estos grupos, les pregunté por la práctica religiosa de la juventud y me explicaron que la mayoría son practicantes budistas a partir de los 30 años. Antes de esta edad, los más jóvenes pasan un poco, o mucho, porque quieren ser independientes y diferentes de sus padres, pero más adelante, cuando entienden las razones y el significado de las prácticas religiosas, empiezan a practicar.

En cuanto a las fiestas tradicionales, que tienen muchas, me explicaron que las defienden porque son la ocasión que tiene la gente, aquí, de encontrarse y hacer comunidad. Cuando no había móviles ni redes sociales, eran los únicos momentos para juntarse y saber unos de otros. Ahora, aunque los jóvenes todos tienen grupos de Whatsapp y Viber y están siempre en contacto, también van a las fiestas donde se juntan jóvenes y mayores, hombres y mujeres, realizan ofrendas y oraciones (ya que la mayoría de fiestas tienen una base religiosa ), lucen los trajes tradicionales, cantan y bailan, juegan a cartas, ríen mucho y se pasan largos ratos hablando. Cosas que, excepto hablar, al menos por el momento no es posible realizar con el móvil.